Qué tiene todo esto que ver con las pastillas y el café es fácil de explicar.
Media hora después de este pequeño gesto la vida se ve de otro color, te sientes considerablemente mejor, y aunque te fallen las piernas por culpa de esos zapatos que estrenaste ayer, te crees capaz de casi cualquier cosa. Casi. Porque estudiar tu examen de mañana no está entre ellas, por supuesto.
Te pasas el día pensando "venga, en media hora me pongo" y cuando te quieres dar cuenta has dejado pasar tantas medias horas que ya no te quedan más. Ése es el momento de poner la cafetera. Es necesario. Si quieres absorber lo que te queda de temario tu mejor aliado son dos litros de café, y lo sabes.
Cómo acaba toda esta historia es difícil de predecir ahora mismo, pero calculo que las probabilidades de un final feliz son inversamente proporcionales al tiempo que pase delante del ordenador, así que me despido ya.
Sonrisas. Hasta otra!
Si es que eres una vaga!! En fin, la noche por lo menos mereció la pena... Un beso coskys!! Suerte mañana!!
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